De un tiempo a esta parte existe una autentica competencia de quien usa el escape mas estridente en J. E. Estigarribia. Pareciera ser tierra de nadie.
La utilización de escapes libres, recortados, modificados o de «boca 8» es una constante en la Capital de la Industria.
En el periodo pasado, durante el gobierno municipal de Pedro Peralta se realizaron esporádicos controles incautaciones y sanciones, las que redujo al mínimo la utilización de los mismos.
En un contacto, días pasados,con el jefe de transito de la Municipalidad el mismo se comprometió que realizaran un trabajo de concienciación, pero lo que aquí se impone es acción.
Una acción contundente y ejemplificadora y quien sabe hasta salvadora, ya que inadaptados asi despreciando su propia vida, al mismo tiempo apeligra la vida de otros que no tienen nada que ver con sus inconductas, inconciencias y desenfrenos.
El jefe de la Comisaria 12 también se comprometió que tomarían acciones al respecto, sin embargo, cada vez son mas quienes se apoderan de las calles de Campo 9 con el ruido ensordecedor de sus escapes, sin que los mismos sean molestados.
Mucho de los jovenes que utilizan estos indeseables atefactos son estudiantes de los colegios de la zona quienes se muestran impavidos ante la situación. Cuando los mismos con los padres de familias debieran ser los celosos por el comportamiento social de los educandos. Aparte de que legalmente muchos no tienen aun la edad reglamentaria para manejar motocicletas.
Las sanciones llaman conciencias.
La Municipalidad cuenta con una ordenanza que data del año 2007, la que reglamenta las sanciones para los poseedores de motocicletas y otros vehiculos que pudieren causar ruidos molestos, la que puede constituirse en el cuerpo legal a ser utilizado para la toma de medidas en contra los inadaptados.
La falta de las mismas sugiere un estado de anarquía de lo que precisamente no podemos sentirnos orgullosos.