EL BRASIL QUE TENEMOS EN FRENTE

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FRANCISCO OLIVA SJ
Siempre me han hablado de la fuerza de Itamaratí y de un pueblo brasileño sencillo y acogedor. Ahora todo esto ha empeorado. Bolsonaro, con un estilo parecido al de Trump, no se pone límites en lo que dice y hace, y ya existe una parte del pueblo del Brasil que, con la avaricia de la riqureza adquirida o al menos lleno de consumismo, no es tan acogedor como antes. Esto aumenta la traición del Gobierno de Marito. Entregó al Paraguay a un enemigo más fuerte.

El politicólogo Boaventura de Sousa Santos expllica lo que ha sucedido en este aspecto desde el fin de la dictadura en 1985. “Al acabar la dictadura, el pacto con los dictadores no permitió juzgar el terrorismo de Estado que practicaban. También exigió la continuaidad y hasta la profundización del modelo capitalista neoliberal y no resolvió el problema de la concentración de la tierra sino que, al contrario, la agravó. permitiendo a las élites patrimonialistas servirse de la democracia como antes se habían servido de la dictadura…..Desde el 2003 la izquierda alcanzó el poder y este hecho coincidió no por causalidad, con el olvido momentanio del Imperio, embarrado en el pantano de Irak”.

Y añade sobre estos años “La izquierda se embriagó con el poder del gobierno y lo cofundió con el poder social y económico….Abandonó las periferias y se refugió en la comodidad de los palacios de gobierno. Mientras tanto en el Brasil profundo, el trabajo ideológico conservador seguía su camino, aprovechado por la extrema derecha”.

La entrega al Brasil de Marito, Velazquez y demás políticos de su entorno en lo referente al Acta sobre la energía paraguaya de Itaipú fue una gran traición al Paraguay para beneficio de un país casi más de 30 veces mayor y muchísimo más poderoso que nosotros.

Por todo esto,lo menos que podemos exigir para Marito y entorno político es un verdadero Juicio a todos estos delincuentes.